El estándar de un jugador exaltado al Salón de la Fama empieza, obviamente, con su carrera en el terreno. Pero son pocos los que brillan tanto después de colgar los spikes. Ernie Banks y Yogi Berra hicieron eso mismo, trascendiendo sus logros en el diamante como dos de los mejores embajadores del béisbol.

 

En el 2015, nuestro deporte perdió a dos de sus figuras más brillantes cuando ambos fallecieron. Sus muertes dejaron mucha tristeza, por supuesto, pero al mismo tiempo nos dejaron con muchos bonitos recuerdos.

El amor de ambos por el juego hizo que sus nombres fueran de los más conocidos en los anales del béisbol. Banks falleció en enero a los 83 años de edad, mientras que se nos fue Berra en septiembre a los 90.

 

Ambos fueron joyas de la era dorada del béisbol. Berra tuvo un historial sin igual en la Serie Mundial, mientras que Banks era considerado el mejor jugador de la historia sin participación alguna en el Clásico de Otoño.

 

Berra pasó de ser héroe de la Segunda Guerra Mundial a brillar con los Yankees, mientras que Banks estuvo en las Ligas Negras antes de dejar huella con los Cachorros. Berra fue parte íntegra de la dinastía de los Bombarderos del Bronx, a la vez que Banks, siempre optimista, creía que el año siguiente traería mayores éxitos para el equipo de Chicago.

 

Banks murió de un infarto el 23 de enero en su ciudad adoptada de Chicago. El oriundo de Dallas fue uno de los deportistas más brillantes de Chicago, conectando 512 jonrones por los Cachorros y siendo Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en dos temporadas consecutivas (1958-59).